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El Clave bien temperado

Parte 5. El clave bien Temperado. Libro I. 9


Hoy me requieres
—El clave bien Temperado. Libro I—

Esta mañana el sol brilla y ríe
y retumban los ecos de tantas carcajadas
regando los rincones de las calles:
en pleno estío estalla la algazara,
desalojan las sombras su vocerío.
La puerta al corazón está atrancada,
porque temo que llega la muerte,
mas llamas con urgencia,
golpeas sin desmayo, sin pausa, con dulzura.
Sólo ayer eras ido, hoy me requieres.
Y vuelve a galopar mi corazón,
pues sin el tuyo late casi muerto.
Corro veloz la senda iluminada
por tu sombra vestida en luz.

ORLA

“Su espíritu estaba tan embebido, acaparado por su arte que, a veces yo tenía la sensación de que no nos veía, ni nos oía, como si no existiéramos, aunque nunca dejaba de tratarnos con bondad. Pasaba unos momentos horribles cuando le veía sentado en su sillón, rodeado por mí y por nuestros hijos, entregados a nuestras ocupaciones y sin embargo, presentía que estaba solo por encima de nosotros; junto a nosotros y, no obstante, solo, como abandonado. (…). Los grandes son siempre solitarios, por eso son grandes y están emparentados con el Altísimo.”

(“La pequeña crónica de Ana Magdalena Bach”).