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El Clave bien temperado

Parte 5. El clave bien Temperado. Libro I. 5


La oscuridad no es el final
—El clave bien Temperado. Libro I—

Que felices, los hombres canten,
pues detrás de la lágrima aparece
la luz de la alborada, sonrisa seductora.
Porque la oscuridad no es el final.
Aunque nuestras entrañas no lo vean,
la luz todo lo invade de ternura…
Llegas al fondo de mi corazón,
tus ojos, cirujanos de mis latidos,
restañan mi dolor
y no sé detener la fuerza
del torrente que a ti me arrastra.
La dicha del estío me conquista,
pues su llama y su luz
son fiel trasunto de tu esencia.

ORLA

“Su espíritu estaba tan embebido, acaparado por su arte que, a veces yo tenía la sensación de que no nos veía, ni nos oía, como si no existiéramos, aunque nunca dejaba de tratarnos con bondad. Pasaba unos momentos horribles cuando le veía sentado en su sillón, rodeado por mí y por nuestros hijos, entregados a nuestras ocupaciones y sin embargo, presentía que estaba solo por encima de nosotros; junto a nosotros y, no obstante, solo, como abandonado. (…). Los grandes son siempre solitarios, por eso son grandes y están emparentados con el Altísimo.”

(“La pequeña crónica de Ana Magdalena Bach”).