Lectores

El Clave bien temperado

Parte 5. El clave bien Temperado. Libro I. 7


Las huellas invisibles de tu esencia
—El clave bien Temperado. Libro I—

Mírame,
quisiera ser un átomo de tu mirada amante,
o fragmento de tu hálito cuando vuela
desde tu boca al cosmos.
La calma de la noche,
su silencio de estrellas temblorosas,
esta quietud, remanso de tus ecos,
son huellas invisibles de tu esencia…
Que tu risa de seda y mar no me abandone,
que sus ecos que flotan y me envuelven,
también me eleven hasta tu mirar.
Quiero que continúe mucho tiempo
¾la eternidad quisiera¾,
este sonido que me inunda
en paz, felicidad, sosiego y calma. 

ORLA

“Su espíritu estaba tan embebido, acaparado por su arte que, a veces yo tenía la sensación de que no nos veía, ni nos oía, como si no existiéramos, aunque nunca dejaba de tratarnos con bondad. Pasaba unos momentos horribles cuando le veía sentado en su sillón, rodeado por mí y por nuestros hijos, entregados a nuestras ocupaciones y sin embargo, presentía que estaba solo por encima de nosotros; junto a nosotros y, no obstante, solo, como abandonado. (…). Los grandes son siempre solitarios, por eso son grandes y están emparentados con el Altísimo.”

(“La pequeña crónica de Ana Magdalena Bach”).