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El Clave bien temperado

Parte 5. El clave bien Temperado. Libro I. 2


No vago solitario
—El clave bien Temperado. Libro I—

No vago solitario por la vida, más pasos se acompasan a los míos. De entre todas las huellas que se marcan junto a mi señal torpe y solitaria, he percibido un muelle roce, que me seduce como el polen embriaga a la abeja. El paseo dorado en este bosque es hermoso si no respiro solo. El abrazo, después, será definitivo en el amor sin pausa.

ORLA

“Su espíritu estaba tan embebido, acaparado por su arte que, a veces yo tenía la sensación de que no nos veía, ni nos oía, como si no existiéramos, aunque nunca dejaba de tratarnos con bondad. Pasaba unos momentos horribles cuando le veía sentado en su sillón, rodeado por mí y por nuestros hijos, entregados a nuestras ocupaciones y sin embargo, presentía que estaba solo por encima de nosotros; junto a nosotros y, no obstante, solo, como abandonado. (…). Los grandes son siempre solitarios, por eso son grandes y están emparentados con el Altísimo.”

(“La pequeña crónica de Ana Magdalena Bach”).