¿Por qué te huyes tan lejos del
latido?
—El clave bien Temperado. Libro I—
—El clave bien Temperado. Libro I—
El
peso de la culpa araña mi alma y la convierte en guiñapo de lágrimas, en
pudridero de vísceras, en osario de traiciones. Quiero elevar mis ojos
pedregosos, pero estás tan alejado por mi causa, que sólo las lágrimas podrán colocarme
más cerca de tu aurora. El silencio, ausencia muda de tu mirada, me oprime la
respiración, como si ya fuese inquilino de un mausoleo.
Ten
compasión, olvida tanta culpa, tanto olvido, tanto resentimiento, tanta
mentira, tanta traición… Te siento lejos, y sin embargo aún te siento. Pasos de
hormigas se confunden con temblores de hojas. Es suave la cadencia de la brisa,
es suave el ritmo de melancolía de la noche.
¿Dónde
te fuiste amado y me dejaste?
¿Por
qué te huyes tan lejos de mi latido enlagrimado?
Intuyo
el aroma de tu presencia, aunque otros olores me confunden, fragancia de sol y
luna, perfume de cordillera y océano, esencia de caricia y beso. La calma de la
madrugada como el cristal de estatuas
imposibles, es sueño irrompible de un niño.