Lectores

El Clave bien temperado

Parte 5. El clave bien Temperado. Libro I. 16


Repican a rebato
—El clave bien Temperado. Libro I.—

Los compases del alma repican a rebato,
desertores del ritmo de los martes,
se alistan al ejército
de las risas de sábado, de la cabriola en fiesta,
de la facción festiva
                                   que comandan
tus dedos perfumados, tu mirada.
Esta pasión de fuego funde
todo el hielo que he sido.
Necesito que el agua de la fuente
apague tantas llamas,
                                      que me abrasan,
como fieras del hambre.
Tú eres origen de este incendio,
también de su extinción,
                                             serás su origen.

ORLA

“Su espíritu estaba tan embebido, acaparado por su arte que, a veces yo tenía la sensación de que no nos veía, ni nos oía, como si no existiéramos, aunque nunca dejaba de tratarnos con bondad. Pasaba unos momentos horribles cuando le veía sentado en su sillón, rodeado por mí y por nuestros hijos, entregados a nuestras ocupaciones y sin embargo, presentía que estaba solo por encima de nosotros; junto a nosotros y, no obstante, solo, como abandonado. (…). Los grandes son siempre solitarios, por eso son grandes y están emparentados con el Altísimo.”

(“La pequeña crónica de Ana Magdalena Bach”).