Lectores

El Clave bien temperado

Parte 7. El arte de la fuga. 11


Somos un solo respirar, dos voces
—El Arte de la fuga—

Somos un solo respirar, dos voces,
dos discursos buscando hacerse lazo
de besos que concluyen en tu rostro.
En las palabras, nos resuenan ecos
del pasado más próximo y lejano,
los sueños que soñamos,
hoy son esencia y carne de pureza,
se desnudan de sombras y vacíos.
Somos, según nos dijo aquel poeta,
voces enamoradas recorriendo
de parte a parte el universo.
Somos la esencia, el néctar
de una pasión fundida en el eterno.

ORLA

“Su espíritu estaba tan embebido, acaparado por su arte que, a veces yo tenía la sensación de que no nos veía, ni nos oía, como si no existiéramos, aunque nunca dejaba de tratarnos con bondad. Pasaba unos momentos horribles cuando le veía sentado en su sillón, rodeado por mí y por nuestros hijos, entregados a nuestras ocupaciones y sin embargo, presentía que estaba solo por encima de nosotros; junto a nosotros y, no obstante, solo, como abandonado. (…). Los grandes son siempre solitarios, por eso son grandes y están emparentados con el Altísimo.”

(“La pequeña crónica de Ana Magdalena Bach”).