Lectores

El Clave bien temperado

Parte 5. El clave bien Temperado. Libro I. 13


Una punzada de felicidad
—El clave bien Temperado. Libro I—

Una punzada de felicidad me acosa el corazón, tan acostumbrado sólo a la tristeza.
El brillo de contornos precisos de la tarde no enturbia mi horizonte de tinieblas. En lontananza escucho la arribada de los sonidos de una existencia sin fronteras.
Tras los montes nevados una brisa transporta vida nueva, aunque lejana.
Espero que la sorpresa de luz y vida no detenga mi camino. Que esta marcha no cese ahora, pues he de alcanzar la meta columbrada. No importa cuándo, sólo importa cómo.

ORLA

“Su espíritu estaba tan embebido, acaparado por su arte que, a veces yo tenía la sensación de que no nos veía, ni nos oía, como si no existiéramos, aunque nunca dejaba de tratarnos con bondad. Pasaba unos momentos horribles cuando le veía sentado en su sillón, rodeado por mí y por nuestros hijos, entregados a nuestras ocupaciones y sin embargo, presentía que estaba solo por encima de nosotros; junto a nosotros y, no obstante, solo, como abandonado. (…). Los grandes son siempre solitarios, por eso son grandes y están emparentados con el Altísimo.”

(“La pequeña crónica de Ana Magdalena Bach”).